Por: Esther Vicens
¿Quien no conoce Nueva York a través de películas?¿Quien no ha imaginado ser protagonista de alguna película rodada en esta maravillosa ciudad?
Pues sin pretenderlo,es lo que me sucedió.
Todo empezó preparando una escapada de 6 días, nuestra intención era realizar un viaje por un país árabe, pero cuando ya lo teníamos todo medio organizado, nos llamaron de la agencia de viajes. «Tenemos que suspender la salida,porque en el país a visitar hay una revuelta», eso nos dijeron. No os podéis imaginar la desilusión que nos llevamos.
Pero la chica de la agencia nos dijo “¿Por qué no os vais a Nueva York?, ahora hay una buena oferta».Nos miramos y dijimos, ¿por qué no?… De no ser por ese contratiempo nunca se nos hubiese ocurrido ir.
Llegamos al aeropuerto JFK de noche, la primera impresión que me dió fue de caos. Muchos taxis, mucho trafico.
Cogimos uno de tantos taxis, conducido por un hindú, le dimos la dirección de nuestro hotel y allí nos llevó. Era un hotel muy sencillo, con una habitación justita, pero… ¿para qué quería más?…¡¡¡estaba en Nueva York!!!!
Nos acostamos pronto porque estábamos cansados,pero entre los nervios y el cambio de horario -6 horas de diferencia- apenas pudimos dormir.
Por la mañana nos dispusimos a conocer lo que tantas y tantas ¡veces habíamos visto en el cine.
A la luz del día vimos lo que al llegar no nos habíamos dado cuenta,la altura de los edificios levantabas la vista y era…impresionante.
Nos dedicamos a pasear por la Gran Manzana,donde te sientes pequeño,porque todo es grande,los edificios,las calles…
Estuvimos andando por la Brodway,con sus teatros; por la quinta avenida,con todas sus tiendas de lujo donde solo te puedes parar y mirar los escaparates, como hacía Audrey Hepburn en la película «Desayuno con diamantes», desayunando delante de Tiffanys…
Para leer este artículo completo de New York, lo encontrarás en nuestro número 12 de iCruceros»
