Excursión obligada desde el puerto de Alejandría es esta única ciudad, y aunque solo sea por unas horas, el viajero quedara fascinado e imbuido por esta caótica urbe.

Por un lado la ciudad moderna, por otro El Cairo copto, el islámico y por fin la única maravilla del mundo existente hoy en día, las pirámides en Giza.

Por todo esto y mucho más, el viajero querrá volver y dedicar más días a esta ciudad, una de las más pobladas del mundo, y que se extiende sobre la margen occidental del rio Nilo.

Así lo hice yo, primero en crucero, unas horas nada mas y mas adelante en otro crucero, esta vez por el Nilo y dedicando 5 días a esta gran urbe, única y que no te dejara indiferente.

Su gastronomía refleja su personalidad histórica como encrucijada de varias culturas y sus platos se han sabido adaptar a los productos locales.

Creo que la mayoría hemos pasado por las mesas del restaurante «Felfela», conocido por todos los turistas y dirigido especialmente a ellos. En él se pueden probar los mezzes, o aperitivos acompañados de sabrosas salsas. También el hummus, salsa de garbanzos y aceite aderezada con tahina, o lo que es lo mismo, pasta de sésamo, está realmente bueno untado en pan de pita.

El babagamush, salsa suave de berenjenas asadas y tahina, tiene un sabor ahumado exquisito.

Como plato fuerte, uno puede optar por carnes a la brasa, de pollo, cordero o kofta, servidas como kebabs, o por un sabroso cordero relleno de cebollas, pasas y nueces.


En cuanto a los postres, estos son muy sabrosos y la mayoría tomando como base los frutos secos. La baklava o el famoso umm ali, hojaldre en capas relleno de almendras y pasas, horneado y mojado en leche. De alto contenido calórico, pero muy rico.

Para terminar la comida, que mejor que un té a la menta o un karkade (infusión de hibisco), y para disfrutar de esto, el mejor sitio el emblemático café Fishawi, en Jan al Jalili. Abierto día y noche durante los últimos 200 años, es el café más antiguo de El Cairo. También se le conoce por «el café de los espejos»por los muchos que tiene colgando de sus paredes. Siempre está lleno a rebosar, pero es el mejor lugar para relajarse mientras te fumas una shisha.

Pero si todavía se tiene tiempo y te apetece un tentempié, cerca del museo , en Talaat Harb, se encuentra Groppi’s, salón de té que en el pasado surtía a la familia real inglesa .En el te puedes tomar un té acompañado de algún pastel que te pueda dar al ojo. Todo muy decadente, pero he ahí su encanto.
Y, si lo que se desea es un lugar mágico con vistas a las maravillosas pirámides y probar una buena cocina india, que mejor sitio que el Moghul Room, uno de los restaurantes que posee el famosísimo hotel Mena House Oberoi, y donde se sirve la mejor comida india de todo El Cairo. Eso sí, no te olvides de reservar con antelación.

De una u otra forma El Cairo encandilara al viajero, quizás sea su arquitectura europea del siglo XIX ya deteriorada, o su forma de vida oriental, o el tranquilo Nilo ,-que ofrece refugio frente al ruido, caos y agitación de sus gentes-, y como un custodio estará siempre vigilando sus maravillas en la meseta de Giza