Por:Nuria Ventura

[dropcap]H[/dropcap]oy salimos de excursión y nuestro destino será para conocer por encima, porque nunca se conoce del todo, el Municipio de Caldes de Montbui (Caldas de Montbuy). Se encuentra a unos 30 kilómetros de Barcelona y pertenece a la comarca del Vallés Oriental, tiene una población de 17.000 habitantes aproximadamente,  contando con las Urbanizaciones cercanas que ya han adoptado el nombre de “Barrios”, al ser absorbidas por el Ayuntamiento.

[mks_pullquote align=»left» width=»300″ size=»24″ bg_color=»#dd9933″ txt_color=»#000000″]El nombre de Caldes (Caldas) viene de cálida o caliente, porque el agua que sale del interior de la tierra, lo hace con una temperatura de 74 grados centígrados.[/mks_pullquote]

Después de esta somera explicación, seguiremos contando a medida que nos adentremos en la Villa.

Empezamos nuestra visita entrando por la calle principal o calle Mayor, hace unos años era una carretera principal que atravesaban los coches para dirigirse a otros puntos, actualmente existe una rotonda de desvíos por lo que los calderines viven más tranquilos.

En ambos lados de la adoquinada calle Mayor, nos cruzamos con autóctonos de la Villa, y foráneos,  abuelitas y abuelitos que llevan a los nietos al colegio. Señoras madrugadoras con su cesto lleno de viandas que ya vienen de la compra. El guardia urbano paseando calle arriba y calle abajo controlando que a ningún vehículo se le haya pasado el tiempo de la zona azul. Muchas tiendas empiezan a levantar sus persianas.

En cada lado de la vía encontramos todo tipo de tiendas, comestibles, pastelerías, panaderías, carnicerías, chacinerías, todos ellas con vecinas como, zapaterías, confección, farmacias, perfumerías, la mayoría de ellas de un nivel elevado.

Esta vía la atraviesan pequeñas y estrechas calles, donde todavía se conservan casas de tres plantas máximo, con sus balcones realzados con vistosas plantas, que han pasado de bisabuelos, tatarabuelos, abuelos, padres, hijos y nietos.

Estamos llegando al centro neurálgico de Caldes, la Plaza del Ángel, donde es el centro de reunión o de quedada de muchos.Se puede tomar desde un desayuno a un plato combinado servido por uno de los tres bares que hay. Siempre hay gente, pero principalmente señores mayores contando sus batallitas a quien les quiera escuchar, y que con una cafelito pasan toda la mañana.

Seguimos para adelante y giramos la primera calle a la izquierda. Con la mirada fija en el suelo para no resbalar entre los adoquines, no nos damos cuenta de lo que tenemos delante, pero, al levantar la vista, y como si quisiera doblarse para darnos la bienvenida e invitarnos a entrar en su casa, nos encontramos frente a frente  con la Parroquia de Santa María. Construida a mediados del siglo XVI y terminada en el siglo XVII. De estilo gótico, salvo la portalada principal de estilo barroco catalán.  Aceptamos la invitación y entramos en ella. Está formada por una sola nave, con doce capillas laterales, pero lo más inapreciable está por ver, a la izquierda de la nave central hay una capilla con un gran tesoro artístico, se trata de una talla de madera policromada de estilo bizantino, siglo XII del Cristo Majestat. Queda protegida por una urna de cristal. Bajo el subsuelo de las naves circulares se aprovecha el curso de las aguas termales para calentar la iglesia.

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